para un tiempo de postguerra
que trabajaron la tierra
y su fatiga fue mucha.
Una perola en el fuego,
con más hambre que alimento
mas, no ha de faltar el sustento
para no quejarse luego.
La pena a fuego marcada
entre sus frentes marchitas
y un campo de margaritas,
donde ya no crece nada.
Pan y hambre en la esperanza
de hallar los días mejores,
he de honrar a los mayores,
con versos de mi alabanza.
No habrá otra generación
que sepa lo qué es luchar,
no podemos ignorar
su amor y dedicación.
Merecen nuestro cuidado
y recoger su testigo,
no hay que mirar nuestro ombligo
¡La lucha no ha terminado !.
Escrito en Octubre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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