y ahora está endurecido como piedra,
ya no cabe más dolor dentro del pecho
y he llorado sin cesar, lágrimas negras.
He sentido un gran crujido en mi interior,
declarándose una triste y cruel guerra,
que acababa lentamente con mi amor
y he llorado sin cesar, lágrimas negras.
La piedad es un recuerdo del pasado
y he notado que es virtud que nunca medra,
un vacío irremediable me ha quedado
y he llorado sin cesar, lágrimas negras.
Yo soñaba con amarte en una entrega
y enredarme junto a ti, como la hiedra,
no sabía que el amor también se niega
y he llorado sin cesar, lágrimas negras.
Escrito en Octubre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario