y al lecho, donde tú me concebiste,
llevar mi alegría, porque antes triste,
no he sabido disfrutar su claridad.
Quiero sembrar semillas con mis manos
y ver que está creciendo el verde tallo,
volver al paso, donde mejor me hallo,
por recoger al fin, maduros granos.
Quiero sentir cerca la fresca brisa,
galopando a lomos de mi locura,
amar de nuevo, sin hallar ruptura,
quedar desnudo de angustia y de prisa.
Quiero abrazar la pena desolada,
a la tarde, un café o una cerveza,
exprimir poco a poco mi cabeza,
que la rima se muestre desvelada.
Quiero un mundo nuevo en su nacimiento
volver a creer en el hombre puro,
vivir sin temores, pena o apuro,
cultivando sólo el conocimiento.
Quiero que entierren el hacha y el sable,
ver que se oxidan los viejos cañones,
quiero que el mundo se avenga a razones,
que sea un lugar justo y agradable.
Escrito en Octubre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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