miércoles, 14 de octubre de 2020

La dignidad es visible en los hechos, no en los dichos.

Sonrisas fingidas, como escaramuza
de quien baja el precio a la dignidad,
se trata tan sólo de una nimiedad,
tras la que se esconde toda la gentuza.


¿Dignidad, me dicen? Una fruslería,
fruta corrompida, como su alma seca,
que en ella no hay nada, porque queda hueca
y nada florece, porque está vacía.


“Dignidad al uso” Bonita palabra 
que debe apoyarse con firmes acciones 
que nazcan de dentro, por tus decisiones.
No recoge el fruto, aquel que no labra.


El fruto que comes durante tu almuerzo,
es la dignidad de un trabajo duro,
que día tras día, venciendo el apuro,
logras recoger, después de tu esfuerzo.


Todo en esta vida tiene un claro signo 
y es el mantener siempre tu firmeza,
clara y despejada, siempre tu cabeza,
mostrando ante el mundo, tu lado más digno.


Pues la dignidad no conoce sombra,
por su claridad, ha de ser visible,
sólo de esta forma puede ser creíble,
no será tan firme...¡Si tanto se nombra!.


Escrito en Octubre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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