que han impuesto como precio por callar,
si aún nos queda alguna meta que alcanzar,
despertemos de una vez de este letargo.
Nuestros días se suceden, por amargos
y nos tienen recluidos, como reses,
es el día y es mejor, porque otras veces
no hallarás la solución a tus encargos.
Tu derecho y dignidad, si es que aún existen,
te recuerdan que naciste en libertad
y debemos mantener la voluntad
pues nos muestran las verdades que persisten.
Son virtudes, no son reglas, son decoro
de riqueza y de valor incalculables,
cada vez que las expreses, cuando hables,
en tus manos hallarás este tesoro.
Escrito en Octubre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”,
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