con una vana esperanza,
que va girando en su danza
y es producto de un anhelo.
Se hienden los corazones
con ese fatuo fulgor
que nos concede el amor
en todas sus ilusiones.
Pero es un fugaz destello
que se quiere perpetuar
y es como abrazar el mar
sobre un paisaje muy bello.
Rara es la actitud humana,
cuando trata de abarcar
la inmensidad de esa mar,
que puede sentir cercana.
La ilusión es esa soga
que limita la acepción,
que nace en nuestra emoción,
pero que al final… Se ahoga.
Escrito en Enero 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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