otras, que te ofrecen toda esa labor
que teje en silencio una red de amor,
labor de una vida, plena y concienzuda.
Ángeles que alivian esas horas malas,
en las que parecen que se viene abajo
una vida entera, llena de trabajo
y necesitamos cobijo en sus alas.
Hay manos que muestran su actitud sincera
y evitan que caigas sobre el duro asfalto,
liberan tu mente y de un solo salto
ves la solución, firme y verdadera.
Y entonces comprendes, que cuando se escucha
el sabio consejo de manos amigas,
lo sigues fielmente, hasta que consigas,
resolver tus dudas, inmerso en la lucha.
Que la lucha exige tesón y paciencia,
pacíficamente todo lo consigue
aquel que resuelto, su meta persigue,
con serenidad, pero sin violencia.
Al final, sabemos que todo nos llega,
la paciencia es esa gran virtud,
que acaso ignoramos en la juventud
y en la madurez a nadie se niega.
Escrito en Febrero 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario