que se resiste a mostrarse,
cuando acaba de encontrarse
con mi genuina tristeza.
Alegre soy, no lo niego,
sucede que el día a día,
me trae la melancolía
en mi terreno de juego.
Y consigue que en mi embargo
la tristeza en soledad,
me deja por heredad
algún que otro trago amargo.
No soy feliz y ahora siento
que mi derroche de humor
enmascara ese tumor
que disimulo y presiento.
Nadie debe conocer
mi dolor y mi flaqueza,
porque por poco se empieza
lo que se va a padecer.
Pues la vida, que es ingrata
lo que no te ha concedido,
perecerá en el olvido
y el tiempo te lo arrebata.
Escrito en Febrero 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario