de esas, tus necesidades,
olvidaste tus verdades,
por ser tan materialista.
A Dios tienes en olvido
y esa, tu parte divina,
que perdiste en una esquina,
pues no eres agradecido.
No recuerdas ese don
que lleva a una perfección,
cercana a la creación
y no pediste perdón.
Porque sí tu mano hiende
la materia y el dinero,
tienes que saber primero
a quien se agrede y se ofende.
Ya lo ves, se necesita
a ese Dios que vive dentro
de ti y buscas su encuentro,
ignorando que te habita.
En recogimiento y calma,
observa tu corazón,
porque sólo en la oración
lo encontrarás en tu alma.
Escrito en Febrero 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz “.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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