domingo, 18 de febrero de 2024

Las heridas del ayer, deben cicatrizar.

Una herida que se araña siempre duele 
y además, nunca se cierra o cicatriza,
el dolor que ésta produce, se eterniza
y no habrá quien te comprenda o te consuele.


Esa herida, cuando está en el corazón,
cicatriza lentamente, deja impreso
sobre el alma, un sufrimiento en el proceso 
de la espera por su pronta curación.


Las heridas que se abrieron, sí han cerrado
es mejor que se disuelvan en tu olvido,
pues sí algo en el pasado te ha dolido,
que se pierdan entre nubes del pasado.


Recordar ese dolor en tu memoria,
es obviar, que no se fue ese sufrimiento 
y la vida es ese instante en el momento,
que separa la belleza de la escoria.


Escrito en Febrero 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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