viernes, 2 de febrero de 2024

El último destello del día.

En el último destello,
en el último arrebol,
el tibio rayo de sol 
nos parece aún más bello.


La hora crepuscular 
es un juego entre dos luces,
el día se cae de bruces,
la noche empieza a asomar.


Ese atardecer, al mar
le aporta en su colorido 
un halago bendecido 
que está dispuesto a abrazar.


Su manto azul, tiñe en grises,
al emular latitudes
en distintas magnitudes 
de otros lejanos países.


Donde el sol, tímidamente 
aparece biselado,
entre la niebla atrapado,
guardado celosamente.


Sol, como un relicario 
que atesora en su interior,
todo el amor y el calor
que brinda en su itinerario.


Escrito en Febrero 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



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