veo tu alma, blanca y pura,
sé muy bien, que estás segura
de te amo locamente.
Porque inmóvil, te contemplo
y te adoro con fervor,
pues me nace tanto amor,
que en mi alma llevo un templo.
Te elevo hacia las alturas,
como se adora a una diosa,
eres la flor más hermosa
hecha de miel y ternuras.
Te llevo en mi pensamiento,
vibras en mi corazón
y no encuentro otra razón,
que amarte con sentimiento.
Porque mi aliento adolece
mi tristeza por tu ausencia
y necesito paciencia,
mientras mi amor crece y crece.
Pletórico por tu amor,
vivo siempre en la esperanza,
porque en mi alegría danza
mi alma de trovador.
Escrito en Febrero 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario