y sin embargo, vincula
todo lo que se inocula
en el ámbito amatorio.
Nada guarda compostura,
se derrumba o se sumerge,
pero algo, por siempre emerge
con sólida arquitectura.
Todo es trivial y es liviano,
cambia de forma y se extingue,
porque ya no se distingue
cuando escapa de mi mano.
Todo es extraño y confuso
y nos puede confundir
la forma en que se ha de sentir,
la imagen que se propuso.
Para poder admirar
una belleza loable,
se debe de mostrar palpable,
no se puede adivinar
ni su forma o su textura
y en eso estriba el sentir,
cuando se quiere vivir
su esplendor y su hermosura.
Efímera es la belleza
y al igual que en el amor,
nos transmite un gran dolor,
al cometer el error
de querer atesorar
lo que se va a sepultar
en un tiempo inquisidor.
Efímera es nuestra vida,
el amor y la belleza,
se desmontan pieza a pieza
en el alma dolorida.
Todo pasa y nada queda,
sólo un borroso recuerdo
de lo que consigo y pierdo
al final de esta vereda.
Escrito en Febrero 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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