el tiempo que necesita,
porque la vida te invita
a sentirla, si se puede.
Nada tiene impunidad,
todo queda reflejado
bajo el cielo, en el tejado
de esta o cualquier ciudad.
Se mueve como serpiente
inquieta, porque el suceso
no guarda ningún receso
y surge por incipiente.
Todo cambia y todo muda,
se manifiesta al momento
y en ese último intento,
queda en soledad, desnuda.
Nada se puede ocultar
bajo la luz, que aprisiona
todo aquello que se asoma
y se acaba por mostrar.
Porque el tiempo es reincidente
y vuelve siempre con brío,
ocupando ese vacío
que se llena en el presente.
Escrito en Febrero 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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