jueves, 22 de febrero de 2024

Hidrargirium.

El agua plateada se agita en su prisión 
de cristal.
La temperatura continúa en ascensión 
y la sal de los cuerpos solidifica,
cuando el sudor resbala, marcando 
un territorio inexplorado sobre la piel.


Toda densidad se hace liviana y se derraman
humores sobre el último deseo silenciado,
para no romper un espacio vacío y llenarlo 
con las ausencias que los recuerdos
dejaron impresos sobre sus huellas.


Se bebe despacio el mercurio, tratando 
de evitar su ascensión, sobre la tabla rasa 
de nuestros hábitos más comunes 
y cotidianos.


En las profundidades del inconsciente,
toda carga superflua, contempla
las limitaciones del raciocinio impuesto 
por los orbes maquiavélicos, que dominan 
el mundo.


Una vaca ajena a todo esto, consume 
las ultimas hojas de hierba fresca, 
ya que el otoño llegará sin avisar, 
como ese incómodo vecino que aún 
no ha pagado su alquiler.


La incomodidad de pensar te hace libre,
pero el ganado prefiere vivir ajeno, sin pensar
que un día, su carne será servida en la mesa 
de los poderosos.


Hace calor y cuesta pensar, 
pero es un ejercicio necesario, para adquirir 
la destreza de intentar conservar la vida.


Escrito en Febrero 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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