tu alegría es la envidia de ese día
y no sabes al final de esa porfía,
que da vueltas y trastorna tu cabeza.
Es tan frágil lo que acaba y lo que empieza,
que no puedes mantener ese sustento
de saber, si todo el mundo está contento
o si has hecho en tu labor una torpeza.
Porque nunca llueve a gusto de la gente,
ni se puede contentar la mayoría,
habrá algunos que dirán que es un buen día
y otros que no eres por tu juicio, inteligente.
En tu mente van girando las saetas
de un reloj, que por el tiempo te demuestra,
que tan sólo en un botón, tienes la muestra,
que diverge sobre las mentes inquietas.
Que no encuentras una clara solución,
al conflicto de esas mentes divergentes
y concluyes al final, que en esas gentes
cada cual tiene distinta evolución.
Que está claro, que se enredan en tus días
los conceptos que no encuentran concordancia,
los criterios sólo son por su abundancia,
pensamientos en distintas sintonías.
Escrito en Febrero 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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