atrapado por el soplo de tu aliento
y te amo en el arriesgado intento
de ser compañero de la brisa.
La alegría de vivir está presente,
cuando admiro la belleza de tu cara,
diáfana como la luz que se declara
como una bendición sobre tu frente.
Un relámpago se cruza en mi camino,
tu mirada ha calado en mi interior
y ahora sólo siento en mí ese gran amor,
que decide entre tus labios mi destino.
Escrito en Febrero 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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