Mis ojos buscan la claridad de tu rostro,
luz o antorcha vespertina.
Se posan sobre ti, suavemente
y si mis pestañas se tornaran plumas,
mudaría en ave, para volar muy alto
y encontrar para tí el paraíso.
Mis brazos pretenden ser el mar,
que rodea la isla de tu cuerpo,
con la envidia de Sol a mis espaldas
y una ternura selvática, que resuelve
la húmeda espesura de tu delta
entre tus caderas.
Lujurioso, tal vez, como el Sol que roza a las nubes,
arrancando su último rubor,
cuando cae la tarde, cansada y satisfecha
de tantas aúreas caricias.
Así, mi cuerpo emula al astro rey,
cuando me hundo entre las dunas
de tu cuerpo, milagro de curvas y vaivenes,
olas al fin, donde zozobrar
y perder la razón y el tiempo,
recobrando cada segundo para amarte.
Escrito en Julio 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz".
Publicado en el Libro de poemas " Glorias áureas" ISBN: 978-84-15176-55-8
Depósito Legal: BI-1461-2015
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