de nuestra gran manada,
la soledad es grande,
perdida en la mirada.
Extraviada en un sendero
de aristas y vertientes,
que el ojo entristecido
refleja con su miedo.
En el largo camino,
o breve de esta vida,
solos nos encontramos,
sin meta, sin salida.
Desnudos de conciencia,
a ciegas, caminando,
la vida va pasando,
perdida la inocencia.
Porque, solos partimos
andando en la existencia
y al fin de esta experiencia,
también solos morimos.
Escrito en Julio 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz"
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