miércoles, 15 de julio de 2015

Conócete a ti mismo

No tememos a la soledad, 
sino a los fantasmas 
que nuestra mente genera.
Cuando se desatan los nudos que la sujetan
en la correcta dirección, se pierde en la ciénaga
y hay una visión deformada,
producida por una excesiva dosis
de imaginación.

Hay un sueño que emerge, burbuja huidiza,
en el narcótico que paraliza desde los sentidos,
toda posibilidad de despertar
a un estado consciente.

La respiración se agita, formando semicírculos
y en el espejo interior, la imagen deformada
nos asusta.
Afloran las larvas que se alimentan de nuestro miedo
y perdemos el control y la guía.

Sumido en el temor, el ser humano crea armas,
no para defenderse de algo real, sino para superar
sus propios miedos, ignorando que no puede quebrar
todos los espejos en los que queda reflejado.

Segar una vida idéntica a la suya, no alejará sus fantasmas
y en algunas ocasiones se hallará solo frente a sus temores.
Nadie puede escapar de si mismo y conocerse 
es resolver el dilema de enfrentar su mirada
y su conciencia reflejada en todos los espejos.

Escrito en Julio 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz".





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