temblorosa y jadeante arquitectura,
que de su tierna infancia y su frescura,
se tiene la certeza del fracaso.
El paso, afirma un hito conseguido,
anuncio del inicio de su vida,
postrero tropezón, primera herida,
dolor al que acompaña su latido.
Habrá de resolver, con entereza,
sin duda, los problemas del camino,
caer y levantarse, triste sino,
flotando alrededor de su cabeza.
Toda su juventud reciente, brilla,
en la superación, por deseada,
la vida le parece complicada,
cuando debiera ser aún más sencilla.
Su mente buscará las soluciones
a resolver por fin, cada problema,
la lucha por blasón y por emblema,
que nadie tiene el libro de instrucciones .
Poniendo sobre todo el corazón
y fé en toda suerte de avatares
el triunfo ascenderá hacia los altares
resuelto en imparable evolución.
Escrito en Julio 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz "
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