martes, 21 de julio de 2015

Escuchar no es oír

En el rincón del olvido, 
dejamos todo aquello
que nuestro egoísmo atesora, 
cuando ya no nos satisface,
porque al obtenerlo
saciamos nuestra ansiedad.

La sed jamás se combate
con agua salada y quien frota una mancha,
no la quita, la agranda.
En los armarios vacíos del alma,
no caben los tesoros materiales,
las perchas se doblan,
grávidas y vertebralmente débiles.

Quien estornuda fuerte,
no es capaz de escuchar
el aleteo de las libélulas 
y sus sueños son tan densos
que se confunden con la realidad.

Escrito en Julio 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito 
.“zuhaitz".

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