jueves, 16 de julio de 2015

El tamaño de un sentimiento

Nadie conoce el tamaño de un sentimiento,
parece que hay penas que crecen 
y se agrandan, cambiando de color.
También hay alegrías, que como cohetes,
suben rápido y explotan en cascabeles
o carcajadas, iluminando nuestro cielo,
nuestra vida y dando luz y amplitud
al arco celestial de una sonrisa.

Tanta energía, tanto poder, nacido 
entre el tiempo y la memoria,
con la experiencia.
Mente y corazón, navegando juntos
en océanos remotos, a veces con suave brisa
y otras entre temibles tormentas.

En el devenir, entre puerto y puerto,
aligerando velas o tensándolas
en vientos de bonanza.
Sobreviviendo a naufragios, con la sal
más en la lágrima, que en los mares.

Pesa tanta sal en el alma, pero con ella,
cerramos también nuestras heridas
y seguimos con rumbo hacia el horizonte,
buscando un nuevo Sol, que ilumine nuestro camino,
sin quemar nuestra piel.


Escrito en Julio 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito. “Zuhaitz".

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