domingo, 19 de julio de 2015

No hay espejos que reflejen todas las realidades


El  sentido de todo 
es una ecuación perfecta,
el equilibrio entre la pluma y la piedra.
La proporción áurea, en la cual
la perfección es el conjunto
del equilibrio de las imperfecciones.

Todo se sostiene por algún motivo
o ley universal, un ascenso
tiene una consecuencia de ingravidez,
porque algo que carece de este fundamento,
permanece en el limo esencial,
en la escala más baja de la evolución.

Es la compensación de fuerzas 
lo que sostiene el Universo
y sobre todo esto está el Constructor,
el Demiurgo, sin tiempo,ni edad,
que siempre permaneció,
porque no existe principio, ni fin
en el concepto de eternidad.

Una impresión humana en la memoria,
generó el concepto tiempo, pero la realidad
depende del espejo, donde reflejemos su imagen.
Hay realidades de tal magnitud, que ningún espejo
es capaz de reflejarlas.


Escrito en Julio 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito. “zuhaitz"

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