oxidados por una muerte prematura
de las horas sin sentido, descuidadas
en su alarde de crear un tiempo perdido.
Hace algunos años, tenía una esperanza,
guardada en mi subconsciente, dentro
de una caja de madera y llegaron los absurdos
mimetismos, agitando ramilletes de perejil,
para distraer mi memoria.
Una tos convulsa, despierta a las polillas,
que dormían ajenas al sin sentido
del bostezo de algunas bocas hambrientas, que devoraron los acantilados,
donde dejé varado mi barco.
Su quilla abatida por las olas, se componía
de un costillar, arrancado entre los truenos,
a quien contemplaba la Luna bajo la oscuridad
de la noche.
Mientras, alguien se acababa de levantar
del sillón, agitando los brazos,
para deshacer en el aire,
el perfume trasnochado de un amor
con fecha de caducidad.
Escrito en Julio 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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