viernes, 14 de julio de 2023

El templo del Saber.

No es aquí, no hay un  pulso en sangre toda,
pues no late un corazón, que es prisionero,
porque  huye con un grito lastimero,
por cobarde, se le insulta y se le apoda.


No es el verbo, ni es el malabarismo 
de la ciencia que se centra en un remedio,
es tan sólo esa pérdida, que en medio 
de una ambigua soledad… está uno mismo.


Verbigracia del  humano que contemplo,
descuidado en el futuro y sus asuntos,
desgarbado en su equilibrio, por presuntos 
abandonos en el rito de su templo.


Todo  templo halla un cuerpo en testimonio,
se supone que en él guarda su verdad,
lo que observo, se completa en la heredad,
que  disfruta en su maldad, cualquier demonio.


Ya no queda esa virtud, que alguien propuso 
en la ética y en la filosofía 
que llevaba la cultura aquellos días,
hoy en día ese recuerdo está difuso.


Ojalá que  llegue un nuevo amanecer,
en que sólo la razón, al practicarla,
se consiga difundirla y enseñarla,
en las aulas de los templos del saber.


Escrito en Julio 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



No hay comentarios:

Publicar un comentario