en diminutas estancias.
En el cloroformo del olvido, naufragan
todas las intenciones baldías.
Amanece aciago el día, con un vapor
de mercurio, que nubla la escasa luz
de una trasnochada inteligencia.
El tiempo muere encerrado en una redoma
o en los cristales de todas las esferas
pronunciadas.
Caen los peces sobre las agujas inexactas
del destino y bebo un gran trago de agua,
para averiguar, si estoy despierto
o sigo deambulando entre mis peores sueños.
Escrito en Julio 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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