en que dos miradas coinciden
y se juega fuerte, cuando el corazón
aumenta su latido y las emociones
salen de su cauce.
Como el viento que circula alrededor,
nos rodea y acaricia.¡Nos posee!.
la sinrazón de la razón no razonada,
porque menos que el amor, es nada
y se rompen los hilos que nos sujetan
a nuestros sueños, nuestros ideales
y nuestra existencia.
La conciencia es el martillo exacto y conciso
que marca las acciones en el tiempo,
que extiende el bàlsamo sobre el alma,
con una actuación acertada,
pero se muestra despiadada
ante el descuido, condenando
nuestro recuerdo en el olvido.
Amar, cuidar el amor es el motivo,
poque nadie ha de saber su duración
y es frágil y muy blando el corazón
para hacerlo su esclavo y su cautivo.
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