para subir hacia la escala
que nos conduce a la gloria.
Por el temor que hemos guardado
celosamente, por la duda
y la falta de conocimiento
de nuestras posibilidades.
La fuerza creativa se desarrolla,
cuando uno se enfrenta a sus fantasmas,
con la resolución de quién no teme
arriesgar aún perdiendo.
La vista al frente y el horizonte presente,
no ya como fin o como meta,
sino como propósito claro,
a considerar hacia otras perspectivas.
Una línea trazada por rebasar, un nuevo hito
por conseguir y una diagonal que atraviesa
tu vida, para tratar de enderezar tus acciones.
El intento único y preciso, en el que tu voluntad
crece con más ímpetu que tus propias limitaciones.
Escrito en Noviembre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito. "zuhaitz".
No hay comentarios:
Publicar un comentario