un corazón enamorado,
ni nubes que puedan ocultar
el brillo de una sonrisa.
Los días pasan en el almanaque
y en los árboles desnudos, volverán
a retoñar las hojas.
Sólo a veces, la nostalgia
extiende su manto de hojas secas y amarillas,
sobre el tapiz de los recuerdos.
Los días van cayendo, vencidos por el tiempo
y en la memoria quedan aún, los restos
de pasadas vivencias.
La eterna búsqueda de la plenitud
en el amor, en una época donde reina
la inconsciencia y las prisas.
La vida nos atenaza, cuando no sabemos
capturar los momentos precisos
para reconocernos y sentir esa chispa
que enciende los corazones
y nos hace sentirnos más felices.
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