un vacío gélido, sobre unas hojas secas
y una nota lánguida sostenida en el aire.
Los recuerdos amarillean
en los baúles de la memoria
y una làgrima furtiva,
rueda desde los ojos a las mejillas.
¡Tanto que guardar!.¡ Tanta emoción duele!.
¿Cómo borrar aquello que deja
su huella indeleble en el alma?.
El corazón se deshoja en vivencias y recuerdos
y no se pueden arrancar las páginas
de una vida.
Pocos lo entienden, pero aún suena en los oídos,
los últimos acordes que compartimos
en aquella canción, que tanto nos gustaba.
Otoño de melancolía y lágrimas que se enfrían
ante un humeante café, las calles húmedas,
como tú ojos volados al cielo.
Se detiene el tiempo en un instante
y todos los pensamientos se tornan mariposas
que revolotean ante una ilusión perdida.
Escrito en Noviembre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz".
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