aquello que nos hiere,
aunque fortalezca nuestro carácter
.
Tal vez, por qué pensamos acertadamente,
que lo más duro es también
más fácil de quebrar.
La vida es un giro cambiante y ahora,
soplan malos tiempos.
Se han perdido en el camino, muchas cosas
y teníamos todas las herramientas
para ser felices.
Cuando el egoísmo hace nido,
picotea nuestra razón y nos confunde,
haciéndonos depredadores
los unos de los otros.
Se desmoronan los cimientos,
sobre los cuales se fundamentan
las relaciones de amistad y amor
y se sobrevive a duras penas,
entre mentiras e intereses creados,
que sólo consiguen
contaminar nuestra voluntad
y hacernos creer que todo lo que ocurre
entra en el cauce de la normalidad.
Escrito en Noviembre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito. “zuhaitz"
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