dejan el color de la sangre en los labios.
Sangre fresca de vida, impulso o latido,
morder la vida no basta, cuando su sabor
desaparece en tu boca, retener ese momento
es complicado y en el paladar, no se mantiene
su sabor por largo tiempo.
Dura más el amargor de una ausencia y una despedida
sin adiós y sin palabras.
Nada tiene explicación, cuando el error nubla nuestra vista
y sólo apreciamos lo que tuvimos, cuando lo perdemos
y la soledad habita en las habitaciones vacías del alma.
Me he perdido algún detalle, porque me dejé deslumbrar
por el brillo de tus ojos, mientras tu mente
se apartaba de mi.
Busqué lo más hermoso de la vida, para ofrecértelo
e indagué en mi corazón para darte más amor,
pero en esta isla estoy nuevamente solo
y tu imagen se diluyó en el horizonte,
sin un adiós, sin una explicación.
Se fué el arco iris que daba color y sentido a mi vida,
cuando muera la noche, buscaré una nueva luz
u otros ojos en los que mirarme y pueda prender en ellos
el brillo de una ilusión y colmarlos con todo el amor,
que con indolencia rechazaste.
Escrito en Noviembre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"
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