he tomado en mis manos el testigo,
que otras manos abandonaron,
cansadas de perseguir mariposas
entre la niebla.
Basta un rayo de sol o de esperanza,
para advertir como llega a clarear el día
y lo poco que cuesta esbozar una sonrisa.
Nada es eterno y todo es mutable,
menos tu voluntad y resolución
ante los avatares de la vida.
El destello puro de una mirada
y el blanco abanico de una sonrisa,
son suficientes, para llenar de color,
cualquier día gris.
Las semillas del amor tardan en germinar,
pero se adivina su verde clorofila perfumada,
en todos los rostros, en los cuales
dibujaste una sonrisa con pintura
de humor permanente y buenos deseos.
Escrito en Noviembre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz"
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