pensando en ti, imaginando
un encuentro donde toda la luz,
viene de tu mirada.
Te imagino envuelta en las sombras,
como un ángel resplandeciente,
con tus ojos llenos de mar y calma.
Tu voz, arroyo del río, donde la vida nace
y crece el suspiro que mi pecho enamorado,
sujeta y preso de la emoción, escapa,
pájaro fugaz de fuego y rubor incontenido.
Te amo en el silencio, para no romper
la armonía de tu voz, ni el movimiento
de tus caderas, al caminar.
Te amo como a un imposible,
mi corazón preso, sueña con la libertad
de rodear tu cuerpo con mis manos
desleidas en mil caricias
y probar desde el brocal de tus labios
el manantial de besos que desde tu amor,
fluye hasta tu boca.
Soy un pecador de la belleza,
porque adoro la armonía de tu cuerpo
y en cada poro de tu piel,
el amor respira y eres bendecida
desde la bondad.
Escrito en Noviembre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito. "zuhaitz"
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