lo que ahora evoco,
es el tiempo que perdí
en la esperanza de construir
un cielo para ti,
cuando, a pesar de tenerte
entre mis brazos...¡Estabas tan lejos!.
Te perdiste todas las estrellas,
que veía al contemplar tus ojos
y esa calma que acudía a mi alma,
cuando te contemplaba, mientras dormías.
Esos momentos en los que fuí feliz,
con mis ojos engarzados a tu sonrisa.
No viste mi luz y sólo fuí una sombra
proyectada, en ocasiones, en que la claridad
que emanabas partía desde mi amor incondicional.
No hubo perlas que guardar, ni abrazos
y los besos se perdieron en el recodo
de los caminos.
No asistiré al funeral, porque yo no maté al amor
y volveré a amar, resucitando una vez más,
todo el amor que tengo...y no supiste
guardar en tu corazón.
Escrito en Noviembre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz"
No hay comentarios:
Publicar un comentario