viernes, 18 de septiembre de 2015

Abrazos en la calidez del otoño

Entretejidas las ramas, 
abrazados los dedos largos, ramas
en singular manos que estrechan
o enlazan.
Bermejo tapiz que el viento transporta 
y coloca, tupido y cálido, con una fría
ignición de otoño en la chimenea.

Remolino de viento joven, travieso,
con la inquietud de un niño,
que juega en la boscosa senda.
Gigantes de verdes vértebras,
con su sobria robusted, para aplacar
 el vendaval y su ira, en persecución
de hojas de amarillas constancias
y recuerdos de nostalgias.

Todas las frías lagrimas sobre las ventanas,
dentro, la estufa encendida y esos viejos cuentos,
para detener la tarde vencida y acurrucarse en la noche,
al amparo de un edredón colmado de estrellas
y guiños mimosos.

Es otoño y apetece abrazar tu cuerpo
de pan tierno y reciente, entre sábanas
de cálida franela.

Escrito en Septiembre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz".

No hay comentarios:

Publicar un comentario