sábado, 26 de septiembre de 2015

El monte sobre la ciudad

Abajo el murmullo incontenido de la cuidad.
Ahora y aquí el fresco olor a pino y eucalipto,
el aire es tan suave, como la calma
que anega mis sentidos.

Disfruto de la belleza de las flores 
y de los barbados árboles con sus penachos
de musgo y liquen.
Quiero fundirme en el paisaje, mientras la luz 
juega entre el ramaje agreste  y los pájaros 
vuelan entre el revolotear de las mariposas.
 
Capto con la cámara fotográfica lo que a su vez,
guardo en mi mente y en mi alma, 
mientras el sol, tras la fatiga del día, va cayendo
para recostarse una vez màs sobre la ladera del monte.

Trato de evitar tu imagen en mis pensamientos,
para que no vuelva a hacerme daño,
el peso excesivo de los recuerdos.

Sin embargo en mi interior huele a muerto,
falleció tu amor para mi y con él, la ilusión que de ti
guardaba, para amarte hasta el fin de mis días.

Escrito en Septiembre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito. “zuhaitz”.

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