en la dirección del horizonte .
Todo cuanto sucede en el día,
muere siempre en ese lugar,
esa línea donde parecen unirse
cielo y tierra.
Buscamos respuestas
y tal vez, no todas las preguntas las tengan,
sólo conozco como cierta, la inquietud
que en mi se agita y se mueve.
La vida es una ventana con postigo
y cada vez que cerramos y abrimos,
hallamos un paisaje diferente.
Nuestros ojos deben acomodarse
a cada nueva visión, para seguir sin pérdida,
la línea del horizonte, que delimita
nuestras realidades, de nuestros sueños.
Al fin y al cabo, consiste en caminar
y estar preparado para aceptar,
cada cosa que nos salga al paso,
a lo largo de nuestro camino.
Escrito en Septiembre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito .“zuhaitz"
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