cabalgan sobre las pulgas,
incómodos, con la desazón
de sentir el párpado abierto
por una cuchilla mal afilada.
Toda la sangre se agolpa en las piernas,
inútiles y torpes, produciendo
la gangrena, para la siguiente amputacion.
Hoy he dormido mal y he desayunado
con la angustia de ver como mi tostada,
era devorada por las hormigas.
Las mismas que hicieron nido
en tus cabellos ensortijados.
Antes amaba su presencia,
hasta que invadieron mis ojos
y devoraron la imagen que de ti guardaba.
Ahora, con las cuencas vacías,
busco inútilmente la luz,
porque el mal que me aqueja,
tu lo has engendrado.
Escrito en septiembre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz"
No hay comentarios:
Publicar un comentario