la palabra inacabada,
una vida silenciada
y una mueca en el semblante.
Un gesto rudo, apocado,
el brillo de la tristeza,
un sin vivir, sin cabeza
y un sentir disparatado.
Una búsqueda incompleta,
desazón insatisfecha,
una excusa muy mal hecha
muy resumida y escueta.
En un odio mal nacido,
una razón por seguir,
seguir viviendo y vivir,
hallando siempre un motivo.
Una lágrima furtiva,
tras una palabra obscena,
bajo el dolor y la pena
y una última misiva.
Tras el frío del dolor,
una decisión valiente,
grabada a fuego en la mente,
ante un fallecido amor.
Escrito en Septiembre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz"
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario