miércoles, 16 de septiembre de 2015

Para salir del Infierno

En el pecho hay un vacío,
del tamaño de un suspiro.
Tan grande llega a ser, que cuesta
remontar su cima, para volver a la realidad.

Los pies pegados al suelo y los ojos mirando al cielo,
arrastrando una larga cadena de consecuencias,
porque la razón no fué buena asistencia,
fueron cayendo los hechos, como del borde
de un tejado mojado por la lluvia.

Los lamentos que lanzamos desde  el ático,
no se escuchan desde las profundidades 
de la angustia y tal vez, el infierno
es vivir en un laberinto sin aire suficiente
y no saber hallar la salida.

Escrito en Septiembre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz".

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