se genera una mentira,
tratamos de disimular sus cantos abruptos
con papel de celofán y retóricas excusas.
Pero es incierta su realidad
y su naturaleza, cortándonos
al beber su contenido amargo,
tratando de aparentar
que nada ocurre, cuando nuestros labios,
sangran irremediablemente
y en nuestro gesto se nota
el contenido acre,
que intentamos disimular.
Damos a beber a otros
de la misma copa, en la que bebimos,
nuestras propias insatisfacciones
y de nada sirve el mal, ni siquiera
al compartirlo disminuye su poder
y el dolor que causa.
La mentira es un caballo desbocado
hacia un abismo profundo y resbaladizo.
Una sed que no cesa, por que bebemos
la sal que contienen todas las lágrimas
que se derramaron por nuestra causa.
Escrito en Septiembre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz"
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