viernes, 11 de septiembre de 2015

El Color en el Lienzo

Donde me lleven los pies,
caminaré en pos de un destello,
busco esa sonrisa, con que llenar
los vacíos inertes que hay en mi alma.
Recogiendo la libélula azul, que un día 
huyó por mi ventana, porque amaba su vuelo
y el brillo nacarado de sus alas.
Cautivo siempre de una emoción, que se desborda
en risas cantarinas o la perfecta redondez
de una lágrima.

El ámbito que rodea una existencia,
tiene los tintes precisos, que las mareas de la razón
aportan, pero la vida traza una línea divisoria,
separando los colores, como las arenas o estratos
de la tierra y su diversidad.

El arco se alarga, suavemente y dócilmente 
y cambia su tonalidad, como las nubes 
dependiendo de la luz incidente del Sol.
La vida tiene sus estaciones con distintas características 
y tonalidades.

Del rosa al amarillo, sin llegar al ocre
o al tono deslavado, que queda sin brillo,
matiz, sin duda de una ilusión perdida.

Pincel tengo en el alma, el trazo varía,
según el estado de ánimo, así que 
buscaré la herramienta necesaria,
para plasmar el color que deseo
en el lienzo de mi vida.

Escrito en Septiembre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz".
Publicado en el poemario:
" Calles desiertas de la esperanza". ISBN: 978-84-15176-65-7

Depósito Legal: BI-701-2016


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