aunque no lo quieran ser
y en ellas se pueden ver,
sus mensajes y misivas.
Tanto si es pura o lasciva,
ha de brotar con un gesto,
disimulado o molesto,
sin que apenas se perciba.
Sólo el ojo y la razón
que se hunde en la vida ajena,
ve la alegría o la pena
que siente su corazón.
Escrito en Diciembre 1999 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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