que es hollada por la luz,
deja su negro capuz,
va mermando y agoniza.
Mas, en su resurrección,
la luz se apiada, indulgente
y la besa sonriente,
con fervor y devoción.
Porque aunque no se la nombra,
la luz sabe su intención
y el brillo es la proyección,
que da origen a la sombra.
Y por esa ingravidez
de la forma que se oculta,
la luz la besa y faculta,
su tímida lividez.
Sombra a la luz declarada,
novia de triste amorío,
rescatada de lo umbrío
y en la claridad, amada.
Sombra callada, huidiza,
que a la claridad completa,
sin que jamás se someta,
de la oscuridad, mestiza.
Oscura sombra o liviana,
amante en las claridades,
que por esas cualidades,
toda su ternura emana.
Escrito en Septiembre 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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