martes, 19 de septiembre de 2023

Y la tierra se agitaba…

Vientre abierto en una hora,
que grita, vomita y palpita,
sobre una tierra marchita,
que  la sentencia y devora.


Vientre que ha parido al mundo,
circular, tibio y adverso,
moneda sin un reverso,
locuaz en su testimonio,
ángel caído o demonio,
que emerge de lo profundo.


Vómito regurgitado,
de un dios terrible, iracundo,
de pensamiento infecundo,
en su obsesión revelado.


Abriendo su entraña, yerra
y temeroso, a su paso,
rastros de desolación,
deja en la población,
producto de su fracaso.


Vientre que acuna en su lecho,
la generación perdida,
porque perdieron su vida,
derrumbándose su techo.

Nómadas en el sendero,
de una vida, que fue incierta,
una multitud, alerta,
sin futuro, ni heredero.


Donde reposar sus bienes,
que en esta tierra, en su ocaso,
viene el tiempo con retraso,
agolpándose en las sienes.


Escrito en Septiembre 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.






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