En sombras, quietud tardía,
tan diáfana como el día
que nace de la alborada.
Fugaz, cual beso minúsculo
de la mejilla, prendado
o el aroma que ha dejado
el suave sol del crepúsculo.
Hechizo ebrio de gozos,
que absorbe mi ser entero,
rayo de luna primero,
amor de mis años mozos.
Parpadeo de pestañas,
que acompasa mi latido
¡Brilla fuerte, fuego herido,
que iluminas mis entrañas !.
¡Qué daría por tenerla
y por siempre conservarla!.
En mi interior preservarla…
¡Nadie osará corromperla !.
Es mañana inmaculada,
limpia de nubes…tranquila,
lo que siento en mi pupila
al calor de tu mirada.
Escrito en Abril 1982 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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