adormecida en un profundo sueño, a la espera
de un prometedor amanecer.
Cielos rubicundos de veranos cálidos,
son la promesa de luz derramada sobre
el campo inerme y un cúmulo de gotas
de rocío, parecen asemejarse a los diamantes,
que las verdes hojas lucen durante
las primeras horas del día.
La mañana camina bajo el sol,
pasajera de las horas, que se marchitan
en el reloj, y van cayendo desgranándose
en los imprecisos segundos.
Son las arenas del tiempo, las que provocan
las limitaciones, o tal vez ese acopio
de la inconsciencia vencida en las horas,
que no quedaron anotadas
en nuestras memorias.
Escrito en Septiembre 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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