tú lo pondrás dónde quieras,
en medio de tus caderas,
tal vez lo quieras guardar.
En tu boca, o acaso… en eso,
que me callo y que tú sabes,
para que jamás acabes,
de gozar de su embeleso.
Besos como corazones,
de mi boca enamorada,
como una flor entregada,
en tus álgidos pezones.
Un beso, yo quiero darte,
cubriendo tu cuerpo entero,
porque te adoro y te quiero,
dichoso soy, por amarte.
Escrito en Noviembre 1999 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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